Cuando expresas tu opinión sobre algo, pareciera como si estuvieras firmándola para toda la eternidad. ¿Por qué? Porque en el instante en que la cambias, por la razón que sea, alguien comienza a cuestionarte el por qué de dicho cambio, en ocasiones con tanta insistencia que hasta te hace sentir mal.

¿Por qué tu cambio de opinión podría causar que te cuestionen? Creo que la respuesta es porque los cambios dan miedo. Nuestros cerebros prefieren lo conocido, el confort, a tener que enfrentarse a algo nuevo o diferente porque no requiere ningún esfuerzo.

Entonces cuando cambias de opinión, eso significa que la otra persona tiene que actualizar su base de datos mental para modificar la información que tiene de ti y lo que piensas sobre determinado tema, básicamente tiene que hacer un cambio y como dije, los cambios dan miedo. No estoy justificando esas actitudes, pero es lo que considero que se esconde detrás.

A veces hasta a nosotros mismos nos da miedo cambiar de opinión, no porque nos vayan a cuestionar, sino porque representa un cambio en nuestro interior, en nuestra mente. Pero ni el miedo al cambio ni el miedo a lo que opinen de ti deben ser algo que te detenga a cuestionar lo que piensas.

Está bien que cambies de opinión, no importa cómo pasó, si fue porque encontraste información o simpatizaste con la opinión de alguien más. Incluso si con el paso del tiempo algo que te gustaba ya no te gusta o viceversa, también está bien, nada está escrito en piedra. Lo importante es que la decisión, ya sea de mantener tu opinión o cambiarla, sea siempre porque estás seguro de que eso es lo que quieres y no por complacer a los demás.

Los cambios no suceden todos los días ni tampoco son de la noche a la mañana. Conforme transcurre tu vida te vas a topar con experiencias, personas o información nueva que harán que pongas a trabajar tu mente para reflexionar sobre tus opiniones y lo que crees. Ni tú ni nadie está obligado a mantener una opinión por el resto de su vidas. Siempre habrá momentos o situaciones que te hagan cuestionar tus opiniones, y si a consecuencia de eso cambias tu opinión, ten por seguro que está bien hacerlo.