Han pasado varios años desde que empecé mi colección de cómics, y durante todo ese tiempo nunca cruzó por mi cabeza la idea de escribir guiones hasta que conocí The Umbrella Academy.
Desde que escuche a My Chemical Romance en la secundaria, me volví muy fan de su música y mi sorpresa más grande, años después, fue saber que Gerard Way era el autor de The Umbrella Academy .Y había sido premiado con un Eisner ¡No me lo podía creer!
Recuerdo muy bien que en las primeras páginas que leí, el estilo de dibujo de Bá no me convencía, no sé exactamente cómo describir el sentimiento, pero había algo que no terminaba de cuadrarme. No le di mucha importancia y cuando terminé de leer Apocalypse Suite dicho sentimiento se esfumó. Fue en ese momento cuando me di cuenta que no había otros trazos que pudieran hacer tan buena química con la extravagante y triste historia de The Umbrella Academy.
Inmediatamente después de leer Dallas, una idea se plantó en mi cabeza a la par de la cafetería de Comicgram. Recuerdo que le decía a mi familia y amigos, “si Gerard Way pudo fundar una banda tan famosa y ganar un Eisner con sus cómics, ¿por qué yo no puedo tener una cafetería y ganar un Eisner también?”. Estaba decidido a aprender lo necesario para escribir mis propios guiones.
A poco más de dos años desde aquel día en que ese sueño nació, ha sido un camino largo y difícil de constante aprendizaje, pero estoy tranquilo pues he tenido el constante apoyo de mi familia, amigos y mi novia. Gracias por escuchar mis locuras y no dejar que me rinda cuando las historias no salen.
Muchas personas podrán decir que The Umbrella Academy no es la mejor historia jamás contada, pero tiene un lugar muy especial y privilegiado en mi corazón al lado de La Torre Oscura.
Solo me queda agradecerles a Gerard Way y Gabriel Bá por traer al mundo la historia que me inspiró a escribir mis propios cómics.